Es común que siempre estemos buscando formas de cambiar de look y nuestra piel o cabello son los que suelen sufrir en el proceso, casi siempre. Un ejemplo claro de ello es cuando se insiste en tener cabello rubio cuando naturalmente se tiene oscuro o cuando se alisa para hacerlo más manejable siendo de hebra rizada, se somete al cabello a procesos exhaustivos de mantenimiento que requieren de tratamientos químicos que tampoco suelen ser saludables.