Este suceso es tan increíble que, incluso en el momento en que llueven los peces, también caen con ellos ranas y hasta gambas. Sucede al norte de Honduras, concretamente en el municipio de Yoro, a aproximadamente 200 kilómetros del mar Caribe. En este lugar todos los años cae una peculiar y fuerte lluvia que viene cargada con los peces, los que quedan dispersos por todas las calles y los tejados de las casas, casi siempre sucede entre los meses de mayo y junio.