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Geishas, las “medias esposas” encargadas de entretener a los hombres pudientes de Japón.

Domingo 13 de Noviembre 2022

La cultura japonesa es una de las culturas más populares y famosas a nivel mundial, seguida por millones de personas en todo el mundo que disfrutan de su costumbres, gastronomía, arquitectura, naturaleza, su lengua y sobre todo, de sus personas. Entre esta maravillosa cultura que tanto encanta resalta la participación de Las Geishas, mujeres trabajadoras del placer, en todo aspecto, que se educaban para entretener a los hombres acomodados económicamente de Japón en reuniones de negocios u otros momentos de ocio.

La cultura de las geishas siempre se ha asociado, no solo a las artes tradicionales del Japón que incluyen el baile, el canto y el placer estético, sino también a la satisfacción del deseo sexual y el trafico de carne. Esto ha generado mucha controversia a nivel mundial puesto que se cuestiona si es que ¿acaso los Geishas son prostitutas o esto es solo parte de la distorsionada imagen que se le han dado a estas artistas en el occidente del mundo?

¿Quiénes eran las Geishas Japonesas?

Las Geishas eran mujeres que se dedicaban enteramente a entretener a huéspedes masculinos, especialmente a hombres de la Élite. Estas hacían diversas actividades para lograr su objetivo de ocupar la atención de su cliente, ellas bailaban, cantaban, hacían exhibiciones musicales y siendo su misión principal la conversación en diversas celebraciones como banquetes, reuniones de negocios y festines. La palabra Geisha provienen del mismo japonés que significan “Gei” Arte y “Sha” Persona.

Por lo tanto una geisha se caracterizaba por ser una persona hábil en las artes y como era de esperarse, estas mostraban sus habilidades en las disciplinas japonesas. Las geishas tocaban el Shamisen, la flauta japonesa y los tambores, sabían hacer hermosos arreglos florales que a menudo portaban en sus negros cabellos y dominaban a la perfección la ceremonia del té. Estas artistas hicieron su primera aparición en el siglo XVIII como bailarinas adolescentes que eran apreciadas en las casas de los samuráis pero solo como un dato curioso, las primeras geishas eran hombres y luego fueron reemplazados por las mujeres por ser más delicadas.

Como se formaban las geishas.

Cuando un político o empresario quería amenizar una reunión o evento, llamaba a la Okiya (casa de geishas) para que enviaran a sus geishas favoritas y esta iban preparadas para entretener a sus clientes y después de su trabajo, las mujeres recibían una sustanciosa cantidad de dinero por su labor. Existían colonias completas de casas de geishas llamadas Hanamachi.

Educar y formar a una geisha llevaba muchos años de estudio así como una cuantiosa inversión de dinero, por eso a menudo una geisha necesitaba con frecuencia de algún patrocinador. Las familias pobres de Japón con frecuencia vendían a sus hijas pequeñas a las okiyas con tal de hacerse de unas cuantas monedas y aliviar su pobreza, también esperando que mejore su nivel de vida. La formación de las artistas llevaba varias fases por las que debían pasar que pasaban de servidora de té a una joven Maiko a una geisha con toda la palabra.

Aunque en occidente se relaciona la imagen de una geisha con la de una prostituta, los deberes sexuales no estaban entre las obligaciones de una geisha, salvo que ella lo deseara, su único deber profesional era entretener con su belleza y haciendo uso de su refinamiento, la geisha sólo participaba del juego sexual si quien pagó por su formación así lo requería, estos eran conocidos como Dan’na o protegido de la geisha. Esto podría explicar el motivo por el cual eran o son confundidas con las prostitutas, pero al contrario de estas, las artistas se mantenían solas a costa de su belleza y sus dotes artísticos. 

El ejercer de Geisha exigía de gastos considerables que no cualquiera podía costearse, el uso de kimonos de seda, los obis y ornamentos que usaban debían formar parte obligatoria de su trabajo para dar imagen del buen gusto, el maquillaje que siempre es muy fuerte de color blanco y ciertos detalles más del rostro, su patrocinador era su único amante y a cambio del sexo, corría con los gastos de su protegida. En la actualidad, la cultura de las geishas se mantiene aún pero menos extendida.

¿Conocías esta cultura de las esposas de la noche? Te invitamos a leer nuestro artículo sobre Los Menehune

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