Un instrumento nacido con fines médicos.
Este instrumento fue inventado a principios del siglo XIX para tratar una enfermedad conocida como histeria femenina. Pese a que en sus inicios era considerado una herramienta médica de la cual no había que sentirse avergonzado, con el paso del tiempo, el vibrador pasó a ser un tabú entre la mayoría de las mujeres, pero afortunadamente eso empieza a cambiar. Como ya dijimos, este aparato que paso a ser llamado como vibrador nació a partir de la histeria femenina, la que era un popular diagnóstico médico para explicar una misteriosa enfermedad que sólo afectaba a las mujeres de la época.
Aquella supuesta enfermedad femenina se manifestaba en: desfallecimientos, retención de líquidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, insomnio, pérdida del apetito, nerviosismo, irritabilidad y agresividad. Es decir, si era percibido que una mujer poseía alguno de estos síntomas eras diagnosticada como “una histérica”. A raíz de esto, se descubrió que había una forma de curar la histeria: el paroxismo histérico, o dicho en otras palabras, la masturbación asistida.
Una masturbación asistida.
Esta consistía en la estimulación manual de los genitales femeninos por parte del médico hasta alcanzar el paroxismo (no el orgasmo, ya que por entonces se pensaba científicamente que las mujeres no podían tener orgasmos) pero casi cerca. De esta manera, se curaba la histeria por medio del alivio de las tensiones sexuales femeninas. Sin embargo, este método provocaba grandes dolores y molestias musculares a los médicos. Es en ese momento cuando Joseph Mortimer Granville hace uso de la tecnología emergente de la época para crear un aparato que facilitase el método del paroxismo.
Es así como este médico británico inventó el vibrador con fines médicos para curar la histeria. Pero, no es hasta 1902 cuando la compañía Hamilton Beach comienzan a comercializar los primeros vibradores, como un electrodoméstico más. A día de hoy podemos entender que la única enfermedad de aquellas mujeres era el padecimiento de la represión sexual de la época. Donde la masturbación solo era permisible bajo prescripción médica y el disfrute sexual únicamente se limitaba a los hombres.
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